sábado, 11 de mayo de 2013

Ríos Montt juzgado por el genocidio de Guatemala

Cruz en el Alto Verapaz con los nombres
escritos de los desaparecidos en la aldea
El ex dictador Ríos Montt recibe la noticia de su sentencia con una sonrisa. Ochenta años de cárcel por el genocidio cometido en Guatemala. Se calcula que más de 1.700 indígenas murieron y, al ver su sonrisa en la televisión, recuerdo también la sonrisa del jóven guatemalteco que buscaba en una cruz el nombre de sus padres. Ya escribí hace tiempo un post sobre el impacto que me causó el relato sereno de ese jóven, que recordaba vagamente cómo de pequeño tuvo que salir corriendo de su aldea con su familia una noche porque los militares venían a quemarla. Su sonrisa y emoción al encontrar en la cruz el nombre de sus padres, nada tiene que ver con la sonrisa de este dictador. Ríos Montt ha calificado el proceso de "show político internacional que afecta el alma y el corazón de los guatemaltecos". Pues yo creo que el recuerdo de tantos indígenas asesinados no merece ni sus sonrisas ni sus palabras. El único alivio es que este juicio es un paso importante en materia de derechos humanos en Guatemala, porque hace más de veinteaños, hubiese sido impensable haber podido juzgar a Ríos Montt y a otros militares responsables de estas matanzas.

domingo, 20 de enero de 2013

Velocidades

Recibo un sobre desde Grecia. Lo abro con alegría pensando que algún amigo mío me escribe, pero solo encuentro un boletín color sepia. Parece poesía, pero todo está escrito en griego y no entiendo nada. De repente veo mi nombre firmando la poesía que va en la portada y caigo en la cuenta de por qué lo he recibido. No entiendo ni una sola palabra, porque mis viajes a mi querida Grecia no me han hecho posible aprender griego. No obstante, me hace una enorme ilusión ver que mi poema lo leerá un grupo de lectores griegos. Las imágenes me gustan. Son transgresoras y comprometidas. Voy a su web y veo que hay infinidad de fotografías rompedoras y transgresoras que nos dibujan el lado de la cultura griega menos publicitada. LLamo a mi amigo Kostas Pappayanis -porque por fin en los créditos doy con el culpable de ver mi poesía en este boletín poético-. Hablamos en inglés y alcanzo a entender, puesto que mi inglés es peor que el suyo, que lo único que les queda a los intelectuales griegos para sobrevivir en este mundo que se les está desmororando, es agarrarse a la cultura y a la poesía, sin estereotipos ni corrientes impuestas por lo que dicta el mercado literario. Me explica que este boletín nace de la mano de un grupo de intelectuales griegos que intentan buscar su propio espacio e identidad. Se reúnen en un bar, hablan de lo divino y de lo humano, organizan tertulias poéticas, e intentan sobrevivir agarrándose a la cultura. ¡Ánimo amigos, que seguro que de esta saldremos! Y, enhorabuena por vuestra iniciativa.